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domingo, 8 de marzo de 2015

Y allí estabas




Y allí estabas. Suspendida en la atmósfera,

llena de agua y nieve,

de sentimientos contrariados

y perfume envenenado de deseo.


Y allí estaba yo colgado del atlas de tu cintura.

Bebiendo de tu boca la pócima que me consume

y acariciando los cúmulos suntuosos y redondeados de tu cuerpo.


Y allí estábamos los dos dejándonos arrastrar por las corrientes que nos elevan a lo más alto,

para luego caer en forma de nieve,

y en un nuevo arrebato ardiente evaporarnos para volver ascenderlo

hasta perdernos en el aire o encerrarnos en nuestra jaula hecha de nimbos y acero.



María Belén Mateos




sábado, 7 de marzo de 2015

Una lágrima



Una lágrima, solo una lágrima nació de tus ojos.

Se formó con el rocío que cada mañana se posaba en tu ventana.

Con la brisa vespertina que acariciaba tus enredados cabellos, tras tus ardientes devaneos.

Con las gotas que salpicaban de una ducha compartida, en un minúsculo espacio.

Con la leche y la mantequilla.

Con el hervor de una olla y una copa de vino.

Y al anochecer esa lágrima que visita tu mirada,

se fijó para siempre con la escarcha que cuelga cada noche

en el dosel de tu cama.



María Belén Mateos


viernes, 6 de marzo de 2015

Entre cuatro paredes de cristal encerraste mi libertad




Entre cuatro paredes de cristal encerraste mi libertad.

Promesas falsas hilvanadas con puntadas de engaño,

amaneceres sombríos,

fríos de abrazos y

dolientes noches de espera.


Arrancaste las plumas de mi alma a bocados, a gritos, a palabras sin sentido.

Y mi cuerpo se fue empequeñeciendo, mis alas se fueron quebrando

y mis latidos quedaron sonando en el eco de un vacío.


Pinto las paredes, por no pintar de sangre

los poros que me visten.

Lloro en el silencio, por no llorar a tus hirientes oídos.


Aquí me quedaré encogida, entre los muros de cal que un día fueron arena.

Aquí me quedaré hasta que el último soplo de vida

también quieras hacerlo tuyo.



María Belén Mateos


jueves, 5 de marzo de 2015

En los arrecifes de la locura




En los arrecifes de la locura, dibuje mi amor con un beso y un brote de lágrima salada.

Quise perfilar tu figura, rodeándola de valvas, espuma y algas.

Pero un ola de indiferencia, desdén y ruptura, borró cuanto yo más amaba.


Y allí quedé tendido en la arena, preso de rocas y lleno de amargura.

Solo me queda esperar a que la marea alta me lleve a la profundidad del olvido.

O que las caprichosas aguas jueguen con el reflejo de la luna

y vuelvan a dibujar un corazón de arena sobre tu rendido cuerpo.



María Belén Mateos




miércoles, 4 de marzo de 2015

Cierro los ojos...





Cierro los ojos y siento un rubor en la punta de mis dedos al acariciar la taza

y despertar su humeante aroma.

Embriago todo mi cuerpo de ese vapor, de ese rocío, de esa esencia...

Me dejo llevar por ese soplo de brisa que ondea sugerente las cortinas

permitiendo que inunde mi estancia de palabras y de dicha.



María Belén Mateos


martes, 3 de marzo de 2015

Me quedé mirando a la luna





Me quedé mirando a la luna,

por si veía tu reflejo en sus oscuros mares.

Tanto quise mirarla, que celosa del brillo

de mis ojos ansiosos de encontrarme con los tuyos,

me hizo suyo atrapándome con sus celestes brazos nocturnos.

Y allí quede colgado, esperando que algún día

tu al mirarla vieras mi figura y por fin te enamoraras.



María Belén Mateos


lunes, 2 de marzo de 2015

Quedé suspendida en el vacío



Quedé suspendida en el vacío

tras una corriente de espuma.

Quizás fueron las olas,

que con su insinuante movimiento me iban meciendo

hasta dejarme sin aire y sin aliento.


Busqué bocanadas de vida que me devolvieran la cordura y la fuerza.

Pero las lágrimas saladas enredadas en mi cuerpo, no me dejaban emerger

y tuve que quedarme para siempre en el fondo de su infinidad y su misterio.



María Belén Mateos


domingo, 1 de marzo de 2015