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domingo, 7 de noviembre de 2010

De la serie Rios de gente




8,47 a. m.

El niño tira la piedra,
muere el pájaro contra el tronco del árbol.
La piedra cae al suelo partida en su frialdad.
El niño mira el pájaro un segundo,
la sangre saliendo por el pico.
Se vuelve, se va sonriendo.

El barrendero recoge
pájaro y piedra
en su carro de basura.




Francisco Cenamor


sábado, 6 de noviembre de 2010

De la serie Casa de aire




XIII

Enseñas
la foto de tus hijos
cuando te piden
el carnet de identidad.



Francisco Cenamor


viernes, 5 de noviembre de 2010

Niños y niñas





Estás y ya no estás
dicen que hay muchos niños
que mueren de hambre cada día
estás y ya no estás

y otros niños nacen cada mañana
como las nubes que no sabes donde
qué tierras mojarán

a veces hay nubes que están
en el cielo mucho tiempo
y un día ya no están
como los niños que a veces ya no están

pero el agua que dejaron las nubes
pueblan cada tierra de raíces
como los niños muertos



Francisco Cenamor


jueves, 4 de noviembre de 2010

Cansancio ajeno





Hay cada mañana una mujer maría
que se sienta al borde del abismo de su cama
mira hacia abajo antes de saltar
y duda sin remedio de si irá al trabajo

hay cada tarde un hombre manuel
que se sienta cansado en un banco del gimnasio
mira su peluda barriga que no baja
y piensa en sacar mañana todo su dinero e irse

Hay también cada mañana un joven raúl
que coge sus libros para ir al instituto
mira con ojos dormidos el desorden de su mesa
y encuentra el cedé que le gustaría quedarse a escuchar

hay cada atardecer una abuela cipriana
que abandona con paso cansado el cementerio
mira con envidia la tumba del marido
y siente que pronto se liberará de su pesado cuerpo

hay cansancio en estos días extraños
y aunque me levanto de la mesa y lo dejo
me dan ganas de escribir al final del poema
que tal vez sean mis ojos los que se han cansado




Francisco Cenamor


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Solo en Barcelona





Uno no se siente más yo
que cuando está solo en una ciudad que no conoce
y además hay calles desabridas
con hileras de dos faros que no se detienen
y oloroso silencio frente a la sagrada familia
ese esqueleto de fantasma
cuyas puntas se pierden en la noche del cielo
y el viento sopla frío
y las farolas están tristes
y las palmeras quedan ridículas en aquel frío
y por fin la rambla
donde paseamos todos los forasteros
y miramos cómo recogen las flores
y las putas tan jóvenes y negras
–como en tantos lugares–
y bajamos los ojos
y alguien mira y hace señas
y la ciudad es hostil de repente
y coges el metro en drassanes
hasta el frío hostal donde te alojas
y en la habitación piensas estás solo
pero es que esta vez querías estar solo

por eso es mejor que ella no haya venido
y hubiese mar y olor silencioso
fantasma de sagrada familia y ciudad que no conoces
farolas tristes y la rambla
forasteros y putas y metro
y la habitación del hostal donde estás solo
porque esta vez quieres estar solo




Francisco Cenamor


martes, 2 de noviembre de 2010

Aventuras de barrio





Mis aventuras son de aquí de barrio

de amores imposibles cuando descubres a la chica
que en el tren te mira a los ojos cada mañana
haciendo cola en el banco con su novio

de miradas furtivas en la misa de once
que acaban en una cita en el discobar

de bares con olor a frito donde se niegan penaltis

de goles marcados al sábado
como si en ello nos fuese la vida

de aceras por descubrir
ínsulas extrañas do luchar contra los coches
los nuevos gigantes sancho

de valiente muerte juvenil
sobre las ruedas del fin de semana

de equipo de piernas para sillas de ruedas

de mujeres con depresión
que se asfixian subiendo al cuarto piso

de david ecologista intentando abatir
a goliath ministerio de obras públicas

de cola del paro y ley de extranjería

de olmos y plátanos por palmeras y lianas

sin salir de mi ciudad
el mundo se ha convertido
en una apasionante aventura




Francisco Cenamor


lunes, 1 de noviembre de 2010

El fin de la historia





Ya no tiene sentido la normalidad
ha llegado el momento de los disturbios espirituales
de cortar la calle con macetas

plantar magnolias en las autopistas
arruinar el futuro sembrando esperanzas
poner comas entre sujeto y predicado

correr de espaldas palpando el presente
condenar sin juicio, enjuiciar sin condena
subir de dos en dos las escaleras

abrir de par en par las ventanas
de los viejos aposentos modernos
vaciar las estanterías metálicas

acudir silbando a la biblioteca
enarbolar banderas transparentes
que no nos amordacen los ojos

sorprendernos abrazados al paria
al que vino de lejos, a la prostituta
matar de risa al desamor

ir a la oficina de empleo cantando a puccini
pagar la ópera con la cartilla del paro
recitar poesía desde el patíbulo

construir con firmeza en las nubes
y cada noche, soñarse escondido en el jardín
ignorando elecciones generales y tarjetas de crédito




Francisco Cenamor


domingo, 31 de octubre de 2010