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domingo, 5 de mayo de 2013

Arena





Tenía manos de desierto, y dejó perder un cuerpo entre los dedos…. Grano a grano empezó a disolverse por la punta del pie, mas apenas le dio importancia. Acariciaba levemente con tacto rugoso, pero nunca supo que esa dureza estaba en sus propias manos. Intentaba apresar las formas de una piel que se deshacía bajo su tacto apremiante. Siguió por el muslo y tan solo quedó aire cuando la carne se perdió bajo su roce. Ignorante, pretendió aprehender un cuerpo que poco a poco se componía de nada. Con los ojos cerrados, pensaba dibujar cada poro, cuando tan solo era polvo lo que rozaban sus palmas. El talle amoldado a su caricia; el busto, copa perfecta para su mano. El cuello, línea delgada delimitando fronteras. Era un nómada errante a punto de sumergirse en el oasis de un beso. En aquel instante abrió los ojos… tan solo tenía un puñado de arena a sus pies, que fue barrido por el viento. 


Magda Robles


sábado, 4 de mayo de 2013

Nada





“Nada” es una palabra con alma de estanque.
Envuelve suavemente,
absorbe mientras besa,
arrastra y hunde cuerpos de forma irremisible.
                                       
Palabra es con profundidad de pozo.
Deja caer
sílaba
a
sílaba.

Resbala
lágrima
a
lágrima.
Diluye la piel y la transforma en multitud de gotas.

“Nada” nace como vocablo nexo,
principio y fin en que muere un Todo.
Laberinto absurdo que comienza en la salida,
pasadizo roto plagado de espejos,
que devuelven reflejos informes y reales de presente.

Que me ahoga.
Que me atrapa...
 


Magda Robles


viernes, 3 de mayo de 2013

Escríbeme en el viento...





Porque te espero
en la misma esquina que se robó tu cuerpo...
                                            
Escríbeme en el viento,
que yo aprenderé a leerte.
En el mar, en las grietas,
en tu nombre mismo inacabado.

Descifra este puñado de gotas
que tengo entre las manos,
que me caen desde el suelo
empapándome la voz.

Hazme inmortal
en el silencio de las piedras,
o en el rumor esquivo del agua,
y el sabor a incertidumbre de tu boca.

Y dame nombre...


Magda Robles

jueves, 2 de mayo de 2013

Hoy me he soñado sin ti






Hoy me he soñado sin ti.
El aire quemaba
como cuchillos afilados
jugando a tatuar un cuerpo
insomne y descarnado.

El silencio era felino.
Cazador sigiloso,
presto a dar el zarpazo
que arrancase de cuajo el latido
que acompasaba mi espera.

La sábana se transformó en losa,
asfixiante lápida sin epitafio
de un sentimiento enterrado en vida;
indefensa, dejó escapar un leve tañer
de campana lanzada a duelo.

Y la noche, más que amante
fue puta vendida por tu lecho.
Por un puñado de estrellas
trocó la redención de un alma
en pecado mortal y venéreo.

Hoy me he soñado sin ti,
y doliente ansié la sal de tus labios.

Mas un sonido redentor me arroja a la vida.

Me diluyo
y me creo en ti, 
mujer y carne,
inmensa y tuya.


 Magda Robles


miércoles, 1 de mayo de 2013

Cromatismos




Hay herrumbre en los goznes de mi alma.
Chirría levemente cuando intento acceder a ella,
como ofreciendo resistencia ante mí, intrusa.

Desprende pequeñas capas de ocre
que tiñen suavemente mis manos.
Con ellas, me siento fémina Picasso,
y juego a dar pinceladas en el aire,
dotando de nueva luz a un cuadro imperfecto.

Mezclo ese tono sabor a limón
con el azul de un despertar que se despereza,
y el misterioso azabache que le robo a una sombra.
E intercambio una gota de sal
por una única lágrima de sangre,
de esa que todavía debe correr por tus venas.

Así es como me mancho de carmín,
yo que era criatura en blanco y negro.

Tras limpiar el óxido cobrizo que muerde los dedos,
es una extraña composición la que permanece.
Una tintura irreal e imposible que queda expuesta
sobre un lienzo desmadejado, levemente corroído,
emborronado y oscurecido por el paso de otro pintor.

Y en él puede observarse
un ánima extinta de cromatismo disperso,
un espíritu viejo encerrado en un cuerpo joven,
y heridas antiguas en un desmantelado corazón... 


Magda Robles


martes, 30 de abril de 2013

Tu nombre lo sabe el viento…





Navegas en un mar de nombres
y verbos jamás conjugados.

Se respira en la tarde
un recuerdo que alborota tu sonrisa,
que desata una tormenta sin sentido,
que te arrastra indefenso
hasta hacerte encallar en la palabra.

Y te recogen manos de ausencia,
las mismas que quiebran el horizonte
al desdibujar mi contorno.

Tu nombre…
mi nombre…
los sabe el viento.


Magda Robles


lunes, 29 de abril de 2013

De la musa, a un poeta



 Desnuda de carne.
Sin piel me dejas.
Disueltos los huesos en tinta.
Alma de letras.

Insolente explorador eres
de mis verdades bajo llave
y mis mentiras a luz velada.
Al azar,
en versos me desgranas,
y te adentras descarado
en este aire que me respira.

Cómplice ausente
de este vil asesinato.
me arrastras a la vida...


Magda Robles

domingo, 28 de abril de 2013