Mostrando entradas con la etiqueta Isabel Rezmo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Isabel Rezmo. Mostrar todas las entradas

domingo, 19 de marzo de 2017

QUÉDATE



Quédate.
Seremos tres:
Tú, yo y nosotros.
Quédate.
Seremos dos,
tu espalda y mi sexo.
Quédate.
Seremos uno.
La mitad más uno
de un limonero.
Quédate.
Seremos todo.
Eterno cielo.
Eterno cuerpo.



Isabel Rezmo



sábado, 18 de marzo de 2017

LEVEDAD




Todo es un juego, el naipe marcado.
Dos niños desnudos de sí mismos.
En el vacío bosque seducido, vivido,
obligado por el néctar, revulsiva hojarasca.
La contienda de los amantes.
Vuestra es la indulgencia que vocea a las
huestes de la sangre, de las venas.
Los jeroglíficos no se fabrican,
Se aliñan en el aire de la finura,
la sutil compostura de enrojecer
la miel de tu rostro,
Donaire, ósculo deseo.



Isabel Rezmo



viernes, 17 de marzo de 2017

NOCTURNO



A esta hora.
Detenida en un sueño
incierto con nombre,
recuerda una calle inmóvil,
la hoja seca que responde
al sabor que anoche
quedaba en la encimera de la cocina.
La tierra obligada a morir en un segundo.
Tímidas frases que pronuncian sigilos.
Yo aquí, mirando,
mirando los charcos,
gritando como una rosa.
La piel muerta en tus manos,
La arcilla degollada por una espina.
Y la sangre coagulada en las entrañas
de un pequeño retiro.



Isabel Rezmo



jueves, 16 de marzo de 2017

VEN



Ven entre un vapor en el terciopelo. Entre tu frente.
Entre sus auroras y encendidas flaquezas.
La tibia azucena entre el azul de una sed comprime el campo entre el susurro del pelo.
Hay un camino entre el cuerpo y la sangre. Un silencioso fluido entre el quiebro y la ladera de las sonrisas.
Ven.
Como la escarcha. O ven no en mis brazos. Recuerda. Recuerda solícitamente
como clarea los besos en tu compungida simiente.
Pero luego ven a mí no encuentro, ven a mi imperiosa flaqueza que te retarda por el aburrimiento de las margaritas.
Ven, sin que quiera cogerte entre los juncos de un nicho que se pierde en los ojos.
Vete, vete no rompas la piel entre tu corpóreo corpiño, en la incesante sed que me provoca el duelo.
Vete que te imploro como el devaneo que los amantes descuelgan entre el gozo y la sombra de una madera.
Podría decir inclusive en la lectura de este maldito
oropel de aceite sin aliño, que vengas, pero no vienes.
Corre entre la salvaje presencia de un jardín que me muerde las uñas,
me arranca el aire, suavemente debería subir y retar a Dios.
¡Ah que cruel es la alabanza para el pecador!
Huye, huye finalmente antes que pueda decirte
que vengas a mi sol, o la luna, a la inercia, o al abandono,
o al retiro, al olvido, si , sinuosamente …Al olvido.



Isabel Rezmo



miércoles, 15 de marzo de 2017

QUEDAN DÍAS



Quedan días.
Quisiera retenerte en el suspiro.
Quisiera amarte en el abrazo.
En la mirada que confunde palabras.
Eres un verso escrito,
y una lágrima impresa.
Respóndeme,
¿quedan días?
Eres verso libre,
en una mirada cálida,
verso amargo,
verso al fin y al cabo,
en poemas rotos de
mi propia imaginación.



Isabel Rezmo



martes, 14 de marzo de 2017

HILOS





Sujetaba un hilo.

Inexplicable tu cuerpo.
Amanecía.
Temblaba.
Era como suspirar
en el temblor
de la incertidumbre.
Como el mar, la sal.
Como el agua, tus párpados.
Y en medio yo.
Como la vida.
El ruido es transparente
como el rayo.
Sin sudor.
Solo un abrazo.
Y en medio.
La inercia
Nadie.
Y en el extremo. Unos labios.



Isabel Rezmo




lunes, 13 de marzo de 2017

PIEL SOBRE VEINTE



La tarde es caprichosa, y simula un cerco de manantiales en las hendiduras de los balcones. Un sol o dos imagino, mientras tecleo incansable el tic tac de las teclas de un monitor que se queja del tiempo en los suburbios. Debería pintar el rocío, el octubre rojo de las esferas como la pértiga que desfloro en mi caligrafía, en mis momentos, en el mutismo de mi conciencia. Son casi las cinco de una hora taurina en el pensamiento. Ponerse la solapa al cuerpo que se desliza es corromper el agua de la saliva, el agua de los aljibes de ese segundo que secuestro en el armario de la repisa de mi cuarto. Los efectos son tangibles en esta primavera asfixiante si miro una fotografía que lleva años pegada a mi cerebro, y que me recuerda, el pétalo despintado de las camisetas que nunca me puse por miedo a decir los trabalenguas que los niños se cansan de repetir. Son casi las cinco, a las diez habré cometido la imprudencia de volver a pintar las cinco menos cuarto en mi litera, y volveré a sacudir las manecillas de los dioses y de las certezas. A piel sobre veinte, discutiré si las proezas sirven a rajatabla los oasis perfectos. Un muslo, un acento o quizás torpes como liebres.



Isabel Rezmo


domingo, 12 de marzo de 2017

Semana dedicada a Isabel Rezmo








Próximos poetas:



Rosa E. Martínez Manzanero

Ainhoa González

Eugenio Mateo

Frank Pereira

Gloria Lacoma

Carmen Hernández Rey