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miércoles, 17 de noviembre de 2010
Poesía del miedo Premio del público (II)
GANAR ALTURA: PERDERSE
Para quienes han heredado
tantas preguntas de su ausencia
Imitan los índices bursátiles
las curvas de un reptil presuntuoso.
El mercado es quien rige las conciencias.
Insaciables turistas energéticos
exigen la belleza del petróleo.
Pudren las fuentes
cada vez más finitas del planeta.
Los padres aceleran la infancia de sus hijos
con teléfonos móviles.
Los jilgueros de Dios son armas
de destrucción masiva.
Sufre el joven de puro corazón
(alas presas en el estómago:
todas las utopías que bebió)
se desabrocha el pecho
(su mariposa libertaria
contra los parabrisas de la publicidad)
y se mira de frente la impotencia.
En la clarividencia de un relámpago
decide soltar lastre
despojarse del tiempo que le queda:
se lo entrega al abismo generoso.
Antes no ser
que claudicar.
Blanco devora al negro
en su código de barras
el alma derrapando
en facciones sin rostro.
Cuando abre los ojos
sólo escucha la nieve.
Epitafio
Quiso vivir
en el temblor de los límites.
Emilio Pedro Gómez
domingo, 6 de junio de 2010
He encontrado el lugar de donde mana la nostalgia.
He encontrado el lugar
de donde mana la nostalgia.
Aquí, a los pies de lago Inle,
bosteza el sol bajo los palafitos,
enjoya de perfilados brillos y fugaces matices
la imagen cimbreante de su sombra.
En la rizada piel del agua
al azar escondido de los peces
nacen ondas concéntricas, perfectas
(al alejarse de su centro
se entregan al temblor colectivo
de la ola de las olas que aguardan).
El vallado de juncos embellece
-línea de mar imaginaria-
lo que a separar no alcanza.
Un pescador da insólitos pasos de ballet
en el punto de fuga
de mi melancolía.
Casi ahoga la nave el buen barquero
que recoge las algas muy paciente
ahondando en el lago con su pértiga.
Cruza una barca silenciosa
cargada de tallos de nenúfares
(brotará de ellos hilo delicado
en el taller de seda).
Y más allá otra barca
avanza mansamente
plena de lentitud…
gozo de un tiempo sin deuda
y sin esperas.
No hay más rumor de fondo
que el silencio del agua en sus orillas.
He dado con el lugar
de donde mana la nostalgia.
Ha bastado un instante
de luz contemplativa
para que desapareciera
dejándome esta bendición de estar más cerca
de lo que nunca he sido:
un hombre sin recuerdos ni futuro
entregado a la paz tan fiel del lago
(que ahora bebe así mismo de mi paz
la paz que sin porqué me ha regalado).
Lago Inle, 23-VII-09
Emilio Pedro Gómez
sábado, 5 de junio de 2010
Ahora que no estás
...... y se quedó esperando para siempre
Cesar Simón
Ahora que no estás
nunca me faltas.
Sucedes a través
de lo desconocido:
el átomo infinito
la dulzura sin dueño....
Has dejado en mis manos
un hueco de paloma
que respira
Emilio Pedro Gómez
viernes, 4 de junio de 2010
Aún no sé
Aún no sé
ser un cuerpo en silencio
que accede a su plural,
la risa sin porqué
fundida al gozo de las lágrimas,
el asombro sereno
de una mirada sin fronteras,
remontar el futuro
diluir nunca en siempre
al eterno dictado del instante
(esa muerte que siempre resucita),
sentir todas las veces
una,
amar sólo a favor
sin pertenencia,
ser cuanto es
en el no soy,
la plenitud de lo banal…
Mi ignorancia es infinita.
Emilio Pedro Gómez
jueves, 3 de junio de 2010
Hay trenes que construyen el paisaje
Hay trenes que construyen el paisaje; mas hay trenes que tan sólo lo acuchillan.
Hay trenes que vertebran la paz de los humildes; mas hay trenes de guerra digital y mercaderes, de confort prepotente y exclusivo.
Hay trenes que contagian su sosiego, puntuales te conducen a tu cierto destino; mas hay trenes tan raudos que agostan el deseo, pierden el tren de la conciencia y aunque lleguen muy rápido, ni siquiera alcanzan el punto de partida.
¿Acaso no es posible un equilibrio de vértigo y de calma?
¿A más velocidad más injusticia?
Porque hay trenes para la fraternidad y la palabra como un vino compartido; mas hay trenes rivales del viaje, que imprimen su soledad de horizontes funcionarios, pantallas de pájaros huidos.
Hay trenes que aproximan, restituyen, redimen de ancestrales lejanías; mas hay trenes que engullen la semilla de esos trenes, y nos roban caminos.
Hay trenes solidarios, que agrupan las voces insumisas contra los tiburones del hiperdesarrollo y contra las eléctricas voraces, e intentan salvaguardar las casas natales de las cosas, la salud y la belleza del mundo.
Mas hay trenes en lo alto que circulan por inclementes autovías eléctricas, y taladran el cielo con sus lanzas voltaicas y arrasan los bosques bajo sus pies y descargan su lluvia de epidemias electromágnéticas por los pueblos que pasan.
¿Acaso no es posible un equilibrio interno de externas energías?
¿Crecer es desposeer a los más pobres?
¿A más edad social más injusticia?
Mientras ellos, en la alta tensión de su soberbia, juegan al golf celeste con electrones radioactivos, y nos acusan de tener la cabeza en las nubes, nosotros, aquí, a pie de tierra, desnuda, fraternalmente, abrazamos la luz.
Emilio Pedro Gómez
miércoles, 2 de junio de 2010
LOS BAÑOS EN EL VIEJO FREGADERO
Para mi hermano Jesús
(las manos de mamá -mágico acorde-
en tu cuerpo temprano)
la respiración contenida al acostarse
en los cinco de enero,
la tarde en que Gabriela dulcemente
te secuestró de golpe la melancolía,
más la gente dispersa
-Julio Flores ,Chon, Cristalina , el abuelo...-
de la que alguna vez viste brotar la maravilla.
Antes de despedirse para siempre
debiera concedernos esta vida
reunir en un aquí de algún ahora
la suma de personas, lugares y momentos
en que fuimos tal vez seres felices.
(las manos de mamá -mágico acorde-
en tu cuerpo temprano)
la respiración contenida al acostarse
en los cinco de enero,
la tarde en que Gabriela dulcemente
te secuestró de golpe la melancolía,
más la gente dispersa
-Julio Flores ,Chon, Cristalina , el abuelo...-
de la que alguna vez viste brotar la maravilla.
Antes de despedirse para siempre
debiera concedernos esta vida
reunir en un aquí de algún ahora
la suma de personas, lugares y momentos
en que fuimos tal vez seres felices.
Emilio Pedro Gómez
martes, 1 de junio de 2010
La oscuridad de mi sonrisa
Sucede un yacimiento de icebergs
en la vajilla rota del último sueño.
en la vajilla rota del último sueño.
Juan Carlos Mestre
La oscuridad de mi sonrisa
(alcohol donde me habita la acidez
de la culpa)
el brote impetuoso de una voz
arrepentida
(náufrago lacerado
por injusticias que en otros cometí)
la claridad de mis errores…
Arribo a la vejez con estos sueños
desierto de favores
deshojado
sumiso a una memoria que no es mía
a un cuerpo de clamor inconsolable:
la verdad de los dones que no di.
Emilio Pedro Gómez
lunes, 31 de mayo de 2010
HAIKUS DE LA CASA
La luna estaña
la herida del granizo
en la persiana.
*
Vuelve a la cuna
con su amago de abismo
la mecedora.
*
En esos labios
dispuestos a beber
mana la calma.
*
La piel del sueño
se ha pegado al pijama.
Escalofrío.
*
Cómo fascina
-espejo desalmado-
lo que me espanta.
*
Ceniza o vuelo.
Mariposa en el aire
polvo en mis dedos.
*
El cielo en mí
la hamaca contra el cielo.
Temblor de rama.
*
Ansia de viaje.
Nostalgia de nostalgia
de estar en casa.
Emilio Pedro Gómez
domingo, 30 de mayo de 2010
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