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domingo, 20 de febrero de 2011

EL CORAZÓN DE LÁZARO






Firme es esta voz que aúlla
con la ternura de los lobos.
Esto soy. Esto ofrezco.
No es poca cosa haber llegado a este poema.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos.

Yo soy la última canción.
Yo soy el acople.
Soy el tercer cigarro encendido con la misma cerilla.
La música sin el bar.
Soy el final.
Soy el diagnóstico.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos.

Firme es esta mirada de ojos enfangados
que sin querer tocar el cielo
llegaron a lo más alto:
llorarse con luto estético
la tragedia propia y la ajena.
Arrastrar todos los escombros.
Soy la siesta infinita de la suerte.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos.

Yo soy el libro empezado.
El último poema.
El primer verso.
La H muda.
El estertor.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos.

Soy el vértigo.
El ruido de los venenos, soy.
Soy un mapa sin leyenda.
La vértebra de menos.
La hoja roja.
Soy Eva Vaz, la pirueta de un nombre.
Soy la que se morirá aprendiendo
como se muere una.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos
y lo alimenta,
y lo envenena,
y lo consume.

Y lo ama.




Eva Vaz


sábado, 19 de febrero de 2011

CAMBIOS





Ahora salgo con chicos
más jóvenes
y me drogo mucho más.

Y ahora no me molesta
que los hombres me miren
imaginándome posible
la carne.

Me invitan a los servicios
con sus embolias seminales
y sus miserias de sábado noche.
Con caramelitos en los bolsillos.

Y todo está por hacer.
Que no termine la noche.
Que no termine esta
maldita noche.
Baila,
baila...
Que no termine esta
mentira.



Eva Vaz


viernes, 18 de febrero de 2011

LA VERDADERA HISTORIA DE LOS HOMBRES




Let's sing a songfor Hazey Jane,



she's back again in my mind.





Nick Drake, “Bryter Lyter”






Ahora sé cuál es la verdadera historia de los hombres.
Aquella noche de vinilo y rosas
una imagen de Nick Drake
calzándose su guitarra
se reflejaba en el espejo.
En aquella fiesta de estrógenos
supe qué es la generosidad.
Aquella noche supe
del titubeo de mi sexo.
Aquella noche descendimos al cielo
y bailamos…
Bailamos la noche más suave del mundo.
Bailamos,
bailamos,
bailamos hasta perder
la conciencia.

Probada su dulce fractura,
ahora sé cuál es la verdadera historia de los hombres.




Eva Vaz


jueves, 17 de febrero de 2011

YO NO QUIERO





Yo quiero que sufras lo que yo sufro
y aprenderé a rezar para lograrlo.





José María Fonollosa







Yo no quiero que sufras
lo que yo sufro.
Yo quiero que sufras
más.
Yo te quiero más roto
que yo.
Más desguazado
que yo.
Yo quiero que el dolor
te destroce el esternón.
Que tengas que luchar
a todas horas
por sobrevivir sin ganas.
Que no soportes
ser el hombre más miserable
del mundo
por quererme a tu lado.

Yo ya lo sufro.

No quiero que me odies.
Odiando se hace más fácil
la ausencia.

Yo quiero que sufras
lo que yo sufro.
Yo quiero que te asfixies con tu llanto,
que no encuentres paz
en ningún sitio.


Que no soportes el peso
de tu cuerpo
sin mis dedos.
Yo quiero que el miedo
no te deje dormir,
como un dolor insomne.

Yo ya lo sufro.

Yo quiero que sufras
lo que yo sufro.
Yo quiero que vengas,
rogando en silencio,
muerto de miedo, inseguro,
que vuelva contigo.
Que sin mí, tus días
son estertores.
Como mi pésame diario.

Dime que sufres lo que yo sufro.

Y dímelo llorando.




Eva Vaz


miércoles, 16 de febrero de 2011

LA BANCA DEFRAUDÓ 236 MILLONES DE EUROS A LA SEGURIDAD SOCIAL












Mi madre murió
en el cielo de un quirófano.
Yo sé cuánto frío...
Sé como te lo quitan:
respirando,
respirando...

El limbo debe de ser eso.

Mi madre murió allí.
Tenía las arterias demasiado pequeñas.
Mi hija nació allí:
resbaló por la plancha
helada
y la sentí como un abrazo
a mi madre muerta.

Mi madre tenía las arterias estrechas.
Ahora sé por qué tenía
el corazón tan frío
y la mirada glacial.

Mi madre estuvo esperando
dos años,
con el frío en los ojos
y el corazón aterido.
Con mi incomprensión
implacable.
Dos años esperando una
desembocadura amplia
para su corazón de piedras.

Pero no hubo un salario
para un cirujano
que le quitara la escarcha a mi madre,
que aligerase su turno en una lista
con muchos nombres



y muchos números,
con muchos hombres vivos.

Luego me contaron que yo estudié
con ese salario que no se dio.

Pero no me sirve la Filosofía
para dilatar
las arterias de mi madre.
No me sirvió ese salario
para comprender la estrechez
congénita
de sus arterias.
La causa de su frío.

Mis arterias también son débiles,
madre,
y a veces tengo los ojos nevados
y el corazón de hueso.

Y ahora no sé qué hacer
con todo
lo que no te dije.
Podría habértelo confesado
mientras respirabas
tu propia muerte
y perdías el frío.
O en un poema como éste,
que me abrigue la conciencia.

La cría duerme,
madre,
se parece a nosotras.
Se llama Eva.








Eva Vaz





martes, 15 de febrero de 2011

PODER







Al profesor de metafísica
le ponen las niñas
de primero.

De todas, hay una con
un lunar
sobre el labio.

Se masturba a menudo
pensando en el lunar
sobre su sexo.

Ella comienza a frecuentar
el despacho de él.
Y se comienzan a follar
como animales.
Él le ruega
fantasías asquerosas.

Al final del curso,
ella conoce su pene
mejor que a Hegel.
Y él comienza a pensar
ese lunar de ella
sobre los sexos de otros
profesores.

Comienza a odiarla.

Le exige,
ahora,
un buen trabajo
sobre Hegel.




Eva Vaz


lunes, 14 de febrero de 2011

PARA GRITAR





Mi madre siempre deseó
una parcela en el campo:
"Descansar
es invertir en calidad de
vida".

Para su último hogar
improvisó un alquiler
de cinco años y flores de
plástico.

La muerte también tiene
fecha de caducidad.

Ha vencido el alquiler
y mi padre le ha comprado
su propia parcela en el campo,
en el pueblo.

La muerte también entiende
de clases.

Vuelven a encontrarse,
por arte del negocio inmobiliario.
Su última cita,
en el paraíso del cementerio municipal:
mi padre asiste al siniestro desnudo
de huesos desordenados.
Y el anillo de matrimonio.

Su esposa, mi madre,
en una paz brutal como nunca tuvo.
Todo en una bolsa de plástico.
Sin más mística:
el espanto en una bolsa de basura.

Mi padre volvió a sentar
a su amante
en el asiento del copiloto.
Con cariño. Con la tragedia
instalada en el volante.
Con arcadas. Con amor.

Depositó la bolsa,
como el que regresa del supermercado,
en la propiedad,
en una bolsa de basura
de plástico.
Tantas bocas viven
de la muerte.
Hasta mi poema vive de la muerte.
Mi ego liba de tu muerte.

Perdóname,
mamá,
has tenido una nieta.




Eva Vaz


domingo, 13 de febrero de 2011

Semana de Eva Vaz





viernes, 31 de agosto de 2007

TRES

Eva Vaz


Tres


Después de haber amado así, la muerte
no me tendrá del todo.
J. L. Piquero


Mi tercer ángel feroz,
quiero decirte todos los pecados del mundo,
ciervo de carne blanca:
puedes morir a dentelladas
en ese mundo-bestiario.

Nuestra comunión,
tres cuerpos bebiendo
de la misma boca,
convierte al mundo en una eucaristía pagana.
Pero fuera del nuestro,
el mundo es un cáliz de venenos
y todos lo bebemos a sorbos.
O escupimos en él.

Mi animal delicado,
quienes amamos de esta forma,
estamos exentos de por vida.
heridos de verdad
para siempre
y para nunca.

El mundo soñado por los ángeles
es el nuestro.

Bienvenido al auténtico Reino
de Dios.


En el libro Los chicos están bien
Poesía última
Edición de Manuel Vilas

Esta es la última poeta que sale en el libro.