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viernes, 19 de diciembre de 2008

AVENUE OF THE AMERICAS




Que con ella no iría más le dije.
(Ella anduvo a mi lado hasta mi cuarto.)

Que no la abrazaría más le dije.
(Ella puso mis brazos a su espalda.)

Que no la escucharía más le dije.
(Sus palabras vertía ella en mi boca.)

Que no haría el amor a ella le dije.
Y ahora está descansando sobre mi hombro.


José María Fonollosa


sábado, 1 de noviembre de 2008

MULBERRY STREET





Dicen que arrodillarse es humillante.

Que es esta posición la del vencido,
del sumiso, del vil, del que renuncia
a la última esperanza de salvarse.

Que estar arrodillado en una calle,
en un templo o salón, afrenta incluso
a aquel que lo contempla y no lo impide.

Como afrenta una bomba que no estalla
a quien confiaba actuara su explosivo.

Sí. Es innoble actitud arrodillarse
delante de otro ser, cuando el sujeto
es pasivo. Mas no si éste es activo.

Porque hay una excepción en que es victoria,
gozo y satisfacción esta postura:
cuando el sexo la exige ansiosamente.

Entonces es divino arrodillarse.


José María Fonollosa



lunes, 30 de junio de 2008

AVINGUDA DEL MARQUÉS DE L'ARGENTERA

AVINGUDA DEL MARQUÉS DE L'ARGENTERA de José María Fonollosa

Al verme se apartó de sus amigas
y rodeando mi cuello con sus brazos
les dijo alegremente: -«Quiero a este hombre».

Los demás me miraron con envidia.
Es muy linda en verdad y entró en mi cuarto.
Llegué tarde al trabajo al otro día.

Después no se movió ya de mi casa.
Descubrí que son bellas las estrellas
y me gustó algún tiempo. Pero pronto
olvidé que hay estrellas en la noche.

Ahora su amor me oprime como un peso.
No puedo ya salir con mis amigos.
No puedo ya sonreír a las muchachas.
No puedo ni beber un solo trago.

Es mala esta mujer. De verdad mala.
Tan mala como linda. Si la dejo
me matará, lo sé. Lo sé de veras.

Mis amigos se ríen. Yo estoy triste
pues no logro apartarla de mi lado.
Ojalá no me amase o se muriese.