sábado, 30 de junio de 2007

El último día de verano

Sergio Algora



El último día de verano



En los vertederos encontrarás personas y en las playas grúas levantando casas que, frente al mar, pasan casi todo el año vacías.
El mosquito borracho de sangre humana se duerme sobre la piel de una pera y, envenenado por el sulfato, muere junto a ella.
Y bajo el sol la gente que se día la piel apurando el último día de verano.



En el libro Los chicos están bien
Poesía última
Edición de Manuel Vilas

viernes, 29 de junio de 2007

Si en la medianoche

Poema de Brenda Ascoz


Si en la medianoche
parecen sus pechos más grandes,
si las areolas más oscuras
-como oscuras son
ciertas horas, ciertos misterios-
Si ella te habla con otra voz
o descubres en sus pupilas pardas
ribetes de tinta verde que te asustan
es que me colé en su cuerpo
para dormir a tu lado.

miércoles, 27 de junio de 2007

Perdidos

Un poema de Antonio Pérez Morte




Nos fuimos distanciando paso a paso,
casi sin saberlo, distraídos,
caminamos dejando en el olvido
la vieja ilusión de ser nosotros.
Y seguimos desde entonces, sin motivo,
deambulando a un ritmo acelerado,
sin saber a dónde, por qué lado,
conscientes sí, de traicionarnos,
como siempre, una vez más,
¡por cobardía!
Rebeldes de sueños
y actitud conformista
paseamos las reliquias del pasado
por las calles vacías de la vida,
y donde hubo una esperanza
hay una herida.

martes, 26 de junio de 2007

El breve espacio

De PABLO MILANÉS la canción que se titula EL BREVE ESPACIO




Todavía quedan restos de húmedad
sus olores llenan ya mi soledad
en la cama su silueta, se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio en que no está.

Todavía yo no se si volverá
nadie sabe el día siguiente lo que hará
rompe todos mis esquemas
no confiesa ni una pena
no me pide nada a cambio
de lo que da
suele ser violenta y tierna
no habla de uniones eternas
mas se entrega
cual si hubiera sólo un día para amar.
No comparte una reunión
mas le gusta la canción
que comprometa su pensar
todavía no pregunté te quedarás
temo mucho a la respuesta de un jamás
la prefiero compartida
antes de vaciar mi vida
no es perfecta mas se acerca
a lo que yo simplemente soñé.

Birds in the night

De Luis Cernuda: Birds in the night




El gobierno francés, ¿o fue el gobierno inglés?, puso una lápida
En esa casa de 8 Great College Street, Camden Town, Londres,
Adonde en una habitación Rimbaud y Verlaine, rara pareja,
Vivieron, bebieron, trabajaron, fornicaron,
Durante algunas breves semanas tormentosas.
Al acto inaugural asistieron sin duda embajador y alcalde,
Todos aquellos que fueran enemigos de Verlaine y Rimbaud cuando vivían.


La casa es triste y pobre, como el barrio,
Con la tristeza sórdida que va con lo que es pobre,
No la tristeza funeral de lo que es rico sin espíritu.
Cuando la tarde cae, como en el tiempo de ellos,
Sobre su acera, húmedo y gris el aire, un organillo
Suena, y los vecinos, de vuelta del trabajo,
Bailan unos, los jóvenes, los otros van a la taberna.


Corta fue la amistad singular de Verlaine el borracho
Y de Rimbaud el golfo, querellándose largamente.
Mas podemos pensar que acaso un buen instante
Hubo para los dos, al menos si recordaba cada uno
Que dejaron atrás la madre inaguantable y la aburrida esposa.
Pero la libertad no es de este mundo, y los libertos,
En ruptura con todo, tuvieron que pagarla a precio alto.


Sí, estuvieron ahí, la lápida lo dice, tras el muro,
Presos de su destino: la amistad imposible, la amargura
De la separación, el escándalo luego; y para éste
El proceso, la cárcel por dos años, gracias a sus costumbres
Que sociedad y ley condenan, hoy al menos; para aquél a solas
Errar desde un rincón a otro de la tierra,
Huyendo a nuestro mundo y su progreso renombrado.


El silencio del uno y la locuacidad banal del otro
Se compensaron. Rimbaud rechazó la mano que oprimía
Su vida; Verlaine la besa, aceptando su castigo.
Uno arrastra en el cinto el oro que ha ganado; el otro
Lo malgasta en ajenjo y mujerzuelas. Pero ambos
En entredicho siempre de las autoridades, de la gente
Que con trabajo ajeno se enriquece y triunfa.


Entonces hasta la negra prostituta tenía derecho de insultarles;
Hoy, como el tiempo ha pasado, como pasa en el mundo,
Vida al margen de todo, sodomía, borrachera, versos escarnecidos,
Ya no importan en ellos, y Francia usa de ambos nombres y ambas obras
Para mayor gloria de Francia y su arte lógico.
Sus actos y sus pasos se investigan, dando al público
Detalles íntimos de sus vidas. Nadie se asusta ahora, ni protesta.


"¿Verlaine? Vaya, amigo mío, un sátiro, un verdadero sátiro.
Cuando de la mujer se trata; bien normal era el hombre,
Igual que usted y que yo. ¿Rimbaud?
Católico sincero, como está demostrado.
"Y se recitan trozos del “Barco Ebrio” y del soneto a las “Vocales”.
Mas de Verlaine no se recita nada, porque no está de moda
Como el otro, del que se lanzan textos falsos en edición de lujo;
Poetas mozos de todos los países hablan mucho de él en sus provincias.


¿Oyen los muertos lo que los vivos dicen luego de ellos?
Ojalá nada oigan: ha de ser un alivio ese silencio interminable
Para aquellos que vivieron por la palabra y murieron por ella,
Como Rimbaud y Verlaine. Pero el silencio allá no evita
Acá la farsa elogiosa repugnante. Alguna vez deseó uno
Que la humanidad tuviese una sola cabeza, para así cortársela.
Tal vez exageraba: si fuera sólo una cucaracha, y aplastarla.

domingo, 24 de junio de 2007

El que me ama

Brenda Ascoz de su libro "En ajeno"



El que me ama, no me conoce.
Me observa mientras duermo y piensa:
Es hermosa...
No me conoce.
Nunca supo bucear en el más allá más profundo
de mis ciénagas-pupilas-pantanos verdes.
Le arrastrarán hasta el fondo.
No sabe
que hay escondidos en mi vientre
huevos de septiembres podridos.

El que me ama
nunca adivinó
que mi pasado es ausencia.

sábado, 23 de junio de 2007

Noche del amor insomne

Poema de Federico García Lorca en sus Sonetos



Noche del amor insomne


Noche arriba los dos con luna llena,
yo me puse a llorar y tú reías.
Tu desdén era un dios, las quejas mías
momentos y palomas en cadena.

Noche abajo los dos. Cristal de pena,
llorabas tú por hondas lejanías.
Mi dolor era un grupo de agonías
sobre tu débil corazón de arena.

La aura nos unió sobre la cama,
las bocas puestas sobre el chorro helado
de una sangre sin fin que se derrama.

Y el sol entró por el balcón cerrado
y el coral de la vida abrió su rama
sobre mi corazón amortajado.

jueves, 21 de junio de 2007

Unos dirán eso ya está dicho

Ignacio Escuín Borao en su libro COULEUR.


UNOS DIRÁN ESO YA ESTÁ DICHO
y se llenarán la boca con nombres
Rimbaud, Baudelaire, Apollinaire,
eso ya está dicho por franceses
reirán satisfechos por el descubrimiento.
Otros buscarán cerca
y en un alarde de imaginación señalarán:
Petisme, Ansón, González, Saldaña, Pallarés
y creerán que todo está resuelto.
Por último los más reservados
volverán la vista atrás,
más atrás si cabe y dirán
Kafka, puro Kafka, Jaime Gil
y unos cuántos más.
Pero tú y yo sabemos
que todo eso además de ser cierto
carece de toda capitalidad.
Lo que verdaderamente importa
son las tardes en el café Haffa,
el 23 de Boulevard Triers,
las enormes bolsas de basura,
acaso los hematomas azulados
y ante todo, los ojos de Pilar.
Ignacio Escuín Borao. COULEUR. Prensas Universitarias de Zaragoza, 2007.

miércoles, 20 de junio de 2007

Metal pesado

Carlos Marzal en su libro "Metales Pesados"



METAL PESADO


Igual que sucedía, siendo niños,
con las mágicas gotas de mercurio,
que se multiplicaban imposibles
en una perturbada geometría,
al romperse el termómetro, y daban a la fiebre
una pátina más de irrealidad,
el clima incomprensible de los relojes blandos.
Algo de ese fenómeno concierne a nuestra alma.
En un sentido estricto, cada cual
es obra de un sinfín de multiplicaciones,
de errores de la especie, de conquistas
contra la oscuridad. Un individuo
es en su anonimato una obra de arte,
un atávico mapa del tesoro
tatuado en la piel de las genealogías
y que lleva hasta él mismo a sangre y fuego.
No hay nada que no hayamos recibido
ni nada que no demos en herencia
Existe una razón para sentir orgullo
en mitad de esta fiebre que no acaba.
Somos custodios de un metal pesado,
lujosas gotas de mercurio amante.

Por aquí pasa un río

Ángel González en su libro 101 + 19 = 120 poemas





Por aquí pasa un río.
Por aquí tus pisadas
fueron embelleciendo las arenas,
aclarando las aguas,
puliendo los guijarros, perdonando
a las embelesadas
azucenas…

No vas tú por el río:
es el río el que anda
detrás de ti, buscando en ti
el reflejo, mirándose en tu espalda.

Si vas de prisa, el río se apresura.
Si vas despacio, el agua se remansa.

lunes, 18 de junio de 2007

Primero fue azul

Ignacio Escuín Borao en su libro "Couleur"


PRIMERO FUE AZUL

todo Azul, en contra de lo que se cree,
la inmensidad, el océano, el cielo
los ojos de Eva
que hicieron a Adán perderse.
Si eres de los que aman el Azul
y lo lejano,
el hematoma azulado provocado por un golpe
en otro rostro,
los ojos de Pilar
que como los de Eva te invitan a la perdición,
si eres de esos entenderás
que el Azul es el inicio y fin de todas las cosas.
Para Brenda el número cuatro es Azul
al igual que la letra e
y tiene sueños de colores,
ella habla de colores con palabras
y las letras muestran entonces sus colores
como tú y yo hablamos de palabras con palabras.
Esto es indiscutible:
primero todo fue azul
la inmensidad, el cielo, el océano
los ojos de Pilar.

El sol no da de beber

Canción de Sivio Rodríguez: EL SOL NO DA DE BEBER



Al tibio amparo de la dos catorce
se desnudaba mi canción de amor
llegaba el día indiscreto y torpe
y la belleza nos hacía más pobres
más esclavos de la ronda del reloj.

Así pararon los momentos pocos
así pasaba la felicidad
huyendo siempre de miradas de otros
entreteniendo un universo loco
de caricias, Judas y complicidad.
Toma de mí todo
bébetelo bien
porque hay que ayunar al filo
del amanecer
toma de mí todo
y todavía más
hay que esperar un largo
no de claridad.

Toma de mí todo
cuanto pueda ser
el sol no da de beber
a los tristes amores mal nacidos
y condenados por su rebelión
daré algún día mi canción de amigo
y fundiré mi vino con su vino
sin perder el sueño por la excomunión.

Y quien me quiera incinerar los versos
argumentando un folio inmemorial
le haré la historia de este sol adverso
que va llorando por el universo
esperando el día que podrá alumbrar.

Toma de mí todo
bébetelo bien
porque hay que ayunar al filo
del amanecer.

Toma de mí todo
y todavía más
hay que esperar un largo
no de claridad.

Toma de mí todo

viernes, 15 de junio de 2007

¡Cuando la oigo hablar!

Fernando Ainsa en su libro APRENDIZAJES TARDÍOS



¡Cuando la oigo hablar!



Cuando la oigo hablar con los perros me conforto:
se que sigue ahí
- en la cocina, el porche o el jardín,
en realidad no importa donde-
su presencia me asegura de muchas otras cosas,
imponderables que mantiene la tela de araña donde me balanceo
sobre el vacío que me rodea.
una tela que tejió con sutil sabiduría
en treinta y dos años de vida compartida.

Los llama,
dialoga con ellos,
porque de sus miradas obtiene la respuesta que yo,
avaro por no decir egoísta,
eludo darle, cuando debería susurrarle:
“todavía te quiero”.

jueves, 14 de junio de 2007

Este poema

Poema de Antonio Pérez Morte


Este poema


Este poema está vivo.
Tiene ojos.
Invisibles ojos, que sin verlos, te miran.
Lees y acaricias versos que se erizan.
Este poema está vivo,
quiere escucharte recitar en voz alta;
meterse en tu casa o quizá en tu cama;
curiosear tus estantes de discos y libros,
de fotos y cartas;
provocarte emociones y hurgar en tu vida:
¡Date prisa, pasa de página!

miércoles, 13 de junio de 2007

Conclusión

De Yannis Ritsos en su libro Paréntesis



Conclusión



Esta ventana está sola.
Esta estrella está sola,
como un pitillo olvidado sobre la mesa
-echa humo y más humo al firmamento él solo-.


Yo también estoy solo, dijo.
Enciendo un pitillo, fumo.
Fumo y pienso. No estoy solo.

martes, 12 de junio de 2007

Después de todo

De Jaime Sabines


DESPUÉS DE TODO


Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer,
eternidad, condenaste la búsqueda,
al injusto fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.

lunes, 11 de junio de 2007

PUCK

Álvaro Tato en su libro “Cara máscara”



PUCK


Toma la flor azul del sueño,
la roja del amor,
la blanca de la luna
y la negra del bosque.

Toma la flor naranja de la noche,
la flor verde del aire,
toma la flor morada del deseo
y la flor amarilla de la muerte.

Cuando despiertes
se encenderá tu ramo
colgados de las varas del telar
del último escenario.

domingo, 10 de junio de 2007

Murallas en la noche

Luis Bagué Quílez en su libro “Un jardín olvidado”


Murallas en la noche


Ven a buscarme al filo de la noche.

Brindemos
por la bruma de un cuento de fantasmas
y el silencio nocturno de las calles,
por el río de luna que apenas desemboca
en el cauce amarillo de los sueños,
por tanta soledad que nos rodea
como el cerco de tinta de un retrato.

Robemos el misterio
que tan celosamente guardan las murallas.

Sólo un viento lejano, una flecha que apunta
al corazón del miedo.

Ven a buscarme al filo de la noche.
Aunque ya nada pueda prometerte
sino el extraño don de una caricia.

En medio de la tierra

Pablo Neruda en los “Cien sonetos de amor”


C


En medio de la tierra apartaré
las esmeraldas para divisarte
y tú estarás copiando las espigas
con una pluma de agua mensajera.

¡Qué mundo! Qué profundo perejil!
Qué nave navegando en la dulzura!
Y tú tal vez y yo tal vez topacio!
Ya no habrá división en las campanas.

Ya no habrá sino todo el aire libre,
las manzanas llevadas por el viento,
el suculento libro en la enramada,

y allí donde respiran los claveles
fundaremos un traje que resista
la eternidad de un beso victorioso.

sábado, 9 de junio de 2007

Esta canción

De Silvio Rodriguez ESTA CANCIÓN del disco Te doy una canción (1973).

Me he dado cuenta
de que miento
siempre he mentido
siempre he mentido
he escrito tanta
inutil cosa
sin descubrirme
sin dar conmigo
no amar en seco
con tanto dolor
es quizás la última verdad
que queda en mi interior
bajo mi corazón.
No sé si fue
que mataste mi fe
en amores sin porvenir
que no me queda ya
ni un grano de sentir.
Yo sé que a nadie
le interesa
lo de otra gente
con sus tristezas.
Esta canción es más que una canción
y un pretexto para sufrir
y más que mi vivir
y más que mi sentir
esta canción es la necesidad
de agarrarme a la tierra al fin
de que te veas en mí
de que te veas en ti
yo sé que hay gente
que me quiere
yo sé que hay gente
que no me quiere.

jueves, 7 de junio de 2007

El poeta habla por teléfono con el amor

De Federico García Lorca en sus Sonetos



El poeta habla por teléfono con el amor



Tu voz regó la duna de mi pecho
en la dulce cabina de madera.
Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho.

Pino de luz por el espacio estrecho
cantó sin alborada y sementera
y mi llanto prendió por vez primera
coronas de esperanza por el techo.

Dulce y lejana voz por mi vertida.
Dulce y lejana voz por mi gustada.
Lejana y dulce voz amortecida.

Lejana como oscura corza herida.
Dulce como un sollozo en la nevada.
¡Lejana y dulce en tuétano metida!

La misma estrella

Yannis Ritsos en su libro Paréntesis




La misma estrella


Los tejados empapados brillan a la luz de la luna. Las mujeres
se arropan con sus chales. Se apresuran a ocultarse en sus casas.
Si se quedan un poco más en el umbral, las va a ver llorar la luna.

Él sospecha en cada espejo
una mujer distinta, transparente, encerrada en su propia desnudez
-por más que quieras despertarla, no despierta-.
Se durmió oliendo una estrella.

Y él huele aquella misma estrella manteniéndose en vela.

martes, 5 de junio de 2007

Hablando de Valente

En el paseo de los tilos
se dejaba sentir
el dulce aroma de la primavera,
unas notas robadas a un violín
eternizaban un creciente atardecer
con el vértigo de la inconsciencia.
Allí, bajo el toldo blanco,
ausentes del color de la tarde,
unos pocos se abandonaban en la sangría de los versos,
buscando el valor de las palabras de Valente,
pero el mejor homenaje
es el rumor, la luz y la ceniza,
que de lejos nos traen sus nombrados silencios.

lunes, 4 de junio de 2007

En la compañía de la tarde

En la compañía de la tarde
se hace el día bandera
en su dolor de ausencia.
Desangrado sendero de tu piel,
apenas un poco de salado beso
cubre todavía el recuerdo de tu boca,
y en la humedad recóndita de la nostalgia
te veo aparecer tranquila, sosegada de mi,
como viviendo al lado del desierto,
allí donde los amaneceres se hacen púrpura
y tu enciendes las arenas con el aliento de tu paso.

domingo, 3 de junio de 2007

Regreso a Taormina

Poema de Marta Navarro, titulado Regreso a Taormina.




Regreso a Taormina,
a la intimidad de sus curvadas calles,
a su agitada respiraciónde amante sorprendida,
y a esas acaloradas citas a ciegas
en el Wünderbar, tras largos vasos de martini,
con el sudor rubí en la cintura
y el deseo trenzado
sobre infiernos de seda.
Amo Sicilia,
amo ese aroma
a hierro candente que derramándose
por el valle prende los rastrojos del camino,
y aviva la lujuria del turista más gélido.
Mi cabello irlandés se enciende
hasta estallar en rizos febriles.
Cuando la montaña despierta,
deja un rastro de lava enfurecida
y sus venas abiertas nos muestran
un paisaje rebelde, extraño, enigmático.
Como una lengua en celo,
la isla gime pasiones y delirios.
Volcán de volcanes,
piedra tallada en noches sin máscaras.
Amo esas horas tórridas
en las que yo no soy yo,
y mi ausencia es locura a borbotones.

sábado, 2 de junio de 2007

El amor duerme en el pecho del poeta

De Federico García Lorca en sus Sonetos



El amor duerme en el pecho del poeta



Tú nunca entenderás lo que te quiero
porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
por una voz de penetrante acero.

Norma que agita igual carne y lucero
traspasa ya mi pecho dolorido
y las turbias palabras han mordido
las alas de tu espíritu severo.

Grupo de gente salta en los jardines
esperando tu cuerpo y mi agonía
en caballos de luz y verdes crines.


Pero sigue durmiendo, vida mía.
¡Oye mi sangre rota en los violines!
¡Mira que nos acechan todavía!.

viernes, 1 de junio de 2007

Del mar me gusta la azotea

De Luisa Miñana un hermoso poema:


Del mar me gusta la azotea,
soleada y al viento. Reclamo su horizonte
como mío: en días transparentes
descubro la otra orilla, de donde viene el sol
entre lienzos portado, juguetón como un dios infantil:
el sol, mano que pinta sobre el mar marineros
y pájaros-gaviota hasta llegar a puerto. Habrá mercado
luego, me prometo.
Siempre demoro el tiempo de tender
la colada, mientras traigo a mis labios canciones
y argumentos por bocas de mujeres
que nunca conocí. Anclada
estoy al ancho caudal de costa a costa.
Dejo que el viento
entienda mis razones, que pruebe
su poder contra mi cuerpo. Nada opongo.
Hay un mar de rumores
claros, como las nubes de días transparentes
en el Mediterráneo,
que habita la azotea
y la música
y todas las palabras que conozco.