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domingo, 28 de octubre de 2012

A VECES A VOCES





A veces, abro mi cartera y está vacía,

abro mis ojos y sigo sin ver,

o presto toda la atención

y nadie me la devuelve.



A veces, pago impuestos

que son deudas que jamás

hice nada por contraer.

A veces, me quedo a vivir en tu mirada

y se me va el alma en el alquiler.

Y de repente…

se cae el cielo,

se moja el aire

y siento miedo.



Sometimes, I talk another language.

Y no me entiendo,

y no me atiendo como es debido,

y bebo más de lo convenido

y hablo más de lo concertado.



A veces, me llaman para cambiar de compañía

y abandono a mis amigos,

a veces no tengo amigos,

a veces vendo amigos.



A veces descubro la verdad

y se muere de frío.

A duras penas recuerdo

que tengo mala memoria.

A duras penas, mangas verdes

que suenan en el río a buenas horas,

y amanece más temprano…

y no por mucho madrugar

recibo la ayuda de Dios.

Y de repente...

se cae el cielo,

se moja el aire

y siento miedo.



A veces me repito como un metrónomo,

a veces me repito como un metrónomo,

a veces me repito como un metrónomo,

y me equivoco como la paloma de Alberti,

y me creo que hay fronteras,

y pienso que ser español es importante,

o un privilegio o un color.



Quelque fois je parle en autre langue,

y no me entiendo…



Y a veces veo muertos,

y a veces son los muertos los que me miran...

Y de repente...

se cae el cielo,

se moja el aire

y siento miedo.



A veces pierdo el hilo

y todo se hace más difícil

porque no puedo coser y cantar.

Y a veces tic,

soy un reloj tac,

y a veces tic,

soy un reloj tac.

Y me repito como un metrónomo,

y me repito como un metrónomo.



Y mido el tiempo,

su tartamudeo constante,

su irse desovillando,

su implacable latido.

Y de repente...

se cae el cielo,

se moja el aire

y siento miedo.

  

Tomeu Ripoll Moyá

sábado, 27 de octubre de 2012

LA ESTACIÓN DEL ANIVERSARIO





La primavera sonríe

con abejas presidiarias

entre sus dientes de león.



El otoño llora hojas

a los pies de la tristeza

con calor muerto de frío.



El invierno arropa

de blanca espuma

montañas que no tiemblan.



El verano gime en las playas

con carne roja incomprensible

y colores que escupen a los ojos.



Duele, por inevitable,

el ciclo abrupto de perder

al año conocido cada 31 de diciembre,

cada mamut lanudo irrecuperable

en su anunciada extinción,

y tener que llevar la cuenta

de sus hermanos fallecidos:

Un kilo más, menos pelo,

más arrugas, menos humor,

más cansancio, menos salud...

¡Por dios! Cuando cierre el balance

no habrá gafas que lo aclaren.

¿El saldo? y tanto, un saldo de rebajas,

tan pasado de moda que casi vuelve a estarlo.



Primarano, otovierno, inviera y veroño.

Así se llaman mis estaciones

y duran más que mis años

y menos que el sabor de tu boca,

más que el descuido de olvidarte

y menos que el hambre de tu voz...



Y se parecen tanto a tu nombre:

Otoviernoranoera...

Y se parecen tanto a mi pasión:

Inviranoprimaoño...

Y se parecen tanto a tu abrazo

que todas las estaciones son el espejo

de tu pecho, tu dicha, tu cielo y tus ojos.



Mestizaje de estaciones como fin de trayecto,

para recorrerte descalzo

y clavarse todas tus espinas,

y beberse tu hierba mojada,

y dormirse en tus bancos

con la lección aprendida

y el placer de olvidarla.



Soy tu vierono, tú, mi veravera...

Disculpa, voy a abrir,

otro aniversario llama a la puerta,

dice que se llama diecinueve,

pero yo sé que es otra estación.



Tomeu Ripoll Moyá





 

viernes, 26 de octubre de 2012

DESAJUSTE LÉXICO



        


Cada tarde llego tarde a tu tarde,

como llega, completamente temprano,

el mediodía a la medianoche.

Y no sé que sembrar en tu pecho

ni que decirle a tus pies

para que te quedes,

y no se vaya tu pensamiento

a dar vueltas por el mundo,

que araña con su tristeza de escoba

y su factura de alambrada.

Cada mañana llego tarde a tu noche,

encuentro clausurados tus ojos,

comenzados tus sueños...

y yo me hice ya viejo

para coger trenes en marcha.

Cada noche llego mañana a tu tarde,

porque es oscuro el futuro con retraso,

la incertidumbre de la hora última,

y no llegar a despertarse en el tiempo.

Cada mirada llego tarde a tus ojos,

es irremediable, y paradójicamente

me sobran y faltan palabras.



Tomeu Ripoll Moyá

jueves, 25 de octubre de 2012

ME SOBRAN LAS RAZONES



                
                            
¿Se puede abrazar unos ojos?

Yo quiero ser lo que tú miras,

invertir cada latido

en tu intensa pronunciación.

Ser el eco de tu gemido,

el héroe cobarde

que muere de miedo

entre tus piernas.

Y apenas me convierto

a tus curvas sagradas

con fe de pobre,

me sobran las razones para ser yo mismo.






Tomeu Ripoll Moyá     

miércoles, 24 de octubre de 2012

ORIGEN DEL HORMIGUERO



                


Y el pueblo comenzó a devorar

la luz de las palabras,

y de sus ojos voraces

quedaban restos de papel y tinta.

Eructaban versos prohibidos,

se volvían diabéticos con declaraciones de amor,

y dolía cada muerte como propia,

cada incendio en la carne,

cada silencio en su piel vacía.



Y la lectura los hizo vastamente conscientes

de su ridícula pequeñez.



–Deja el hormiguero, hija,

son gente muy triste.



Tomeu Ripoll Moyá









martes, 23 de octubre de 2012

HAZ LOS DEBERES






Soy efímero en tu reloj de arena.

Soy párpados que protegen

tus ojos de lo abominable

y de las luces agresivas

que comen esperanzas.



Soy padre inexperto,

fruto de ser hijo inacabado.

El destino me erigió profesor

de asignaturas abstractas,

por culpa de un amor

cuatro tallas más grande

de lo que yo puedo vestir.



Aprende a desatender mi ignorancia,

por que yo no logro

comprender tu sabiduría.



Tus dedos podrían

interpretar el mundo

con virtuosidad divina,

en el piano que se inventa

latidos agrestes a cada paso.

Pero yo nací sordo,

jugando con desconfianzas,

sufriendo cada gota de vida

sobre un corazón incandescente.



Al fin y al cabo,

eres mi eternidad ataviada con piernas

que te alejarán de mi lúgubre influencia.

Sabrás correr sobre las brasas

y resolverás el enigma

que explique mi existencia.



De momento... ¡Haz los deberes!,

que es tarde ya,

y por las mañanas

no hay dios que te levante.



Me dijiste – Dame un beso

y deja la luz encendida

que he visto una película de terror –

Y yo iluminé un beso valiente

en tu mejilla de dormir.



No sabes, Alba,

que fuiste tú quien borró mi miedo,

quien me hizo ángel de la guarda

perfumándome de calidez,

achicando las facturas,

los fines de mes y las hipotecas.

Difuminando los lunes marengos

y los jefes huraños

con tus lápices de inocencia

y tus ojos de pedirme deseos.



Y pensé, sin llegar a decirlo:

Dame un beso valiente

y deja tu amor encendido,

que he visto una vida de terror

y me zarandean olas furiosas.



Las horas se hacen carbón

por la oscuridad de la noche,

ascuas de tiempo.

Restos de hipocresía pegados



a la conciencia casi gelatinosa

de la supervivencia citadina,

estrías de nacer y morir por inercia.



Tú duermes y te vuelves poema.

Yo habito el insomnio

que me convierte en adulto,

desierto sin tus preguntas.

Me siento en el quicio de tu lecho

y mientras sueñas, suspiro.

por tu beso valiente

y por tu luz encendida.



  
Tomeu Ripoll Moyá




lunes, 22 de octubre de 2012

DEL REVÉS



                            

(A mi hija de ocho años)

Te has quitado el jersey


con la premura del juego,


y no es así,


la prenda se queja


porque sus tripas quedan vueltas


y sus mangas del revés.


Ven, hay tiempo


¿Ves? Así se escapa


su olor, tu olor,


el lírico aroma de gorrión impaciente


que ha retenido de tus sueños.




Mientras miro que me miras


llevo a cabo el viejo ritual


de aderezar la ropa.


Desdoblarla y doblarla como un adulto.


Me veo reflejado en el espejo de la memoria


y soy tú, y yo mi madre,


dictándome con ternura severa


las pautas de la madurez.




Ensimismado, no detecto tu pícara huída


y nos quedamos mi madre y yo


contemplándonos en silencio.


Entonces me dice que es igual


si el jersey se enfada,


hay que bajarle los humos a la tela,


y sobre todo,


poner en marcha tu risa


con ganas de vivir


y otras cosquillas afines.



Tomeu Ripoll Moyá



domingo, 21 de octubre de 2012