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domingo, 22 de septiembre de 2013
Agua
En el agua de mi sueño
la brújula está rota
y la travesía, difuminada.
Llevo un collar de cuentas
de cartón ondulado
que sintoniza con tu enigma.
Te sumerges,
desenredas tus raíces,
sumas cola de pez,
vislumbras el fondo
del talud continental,
nadas, cortas la flor,
mueves el mundo con los dedos.
Estela Aguilar Jiménez
sábado, 21 de septiembre de 2013
Insomne
Si el insomnio espanta tu noche
y tus pulsos vuelan inquietos,
palpa tras los cristales
los ruidos callados.
Si crees ver una sombra
camuflada en el viento,
asústate.
He mudado la piel mil veces
como serpiente de agua
y vengo disuelta en lo oscuro
para tenderte una trampa.
Estela Aguilar Jiménez
viernes, 20 de septiembre de 2013
Punto cero
Punto cero.
Vaciarme
sin horadar
dolor deshuesado
redimir el centro
desaguar lagunas
disolver ruinas
calma chicha
anestesia de frío
ausencia de hiel
aire punzante, esquelético
sobrevivir al revés
reescribir un comienzo
resucitar sin morir
descarnar los sesos
olvido de migraña
piloto automático
motor girando, rasgando
silencio.
Punto muerto.
Estela Aguilar Jiménez
jueves, 19 de septiembre de 2013
Be water
Hay tanta agua en los poemas
en forma de olas, lágrimas,
espumas, ríos, espermas,
tormentas, nubes,
canto de fuentes y de cántaros rotos,
náufragos de mares interiores
vasos medio vacíos,
peces sin agua,
amantes sin la saliva necesaria,
que me pregunto (I wonder)
si será por nuestra naturaleza,
pues según me contaron
somos tres cuartas partes de agua.
Buscamos el roce, entrelíneas,
de la fracción de líquido que falta
para sentirnos plenos.
Por eso bebemos, nadamos,
para licuarnos, ser vapor,
transpirar a través de otra piel,
precipitarnos como lluvia,
empaparnos.
Aun sabiendo que todos los poemas
acaban en papel mojado.
Estela Aguilar Jiménez
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Mi casa
Mi casa está viva.
Los techos se alejan
en tanto me enredo en mi manta
y el frío parece espiarme, alerta,
adherido a las paredes.
Si me percibe triste,
se rebela. El caos toma el mando
cuando ando perdida
en un mar de papeles e inopias.
Se revuelve contra mí,
desordena mis cosas,
mientras me escondo en un poema
trepando por un hilo de araña.
Aunque cierre los ojos,
no respire, o me quede quieta,
la casa me siente y llora por una gotera,
resquebraja algún mueble,
o cruje en lamentos.
Salgo a la calle cada día,
pero cuando vuelvo,
huele a invierno
en cada esquina de mi casa,
cada vez más alta
y yo más pequeña.
Estela Aguilar Jiménez
martes, 17 de septiembre de 2013
Empezar
Después de todo
vino la nada
y después
puré de palabras
y sed
y voces pegadas
debajo de la mesa como chicle infantil.
Por la ventana flotan cadáveres.
Descorchar el frío
beber
no masticar
y todo pasa
hasta dejar sin saldo
el tiempo. Empezar.
Estela Aguilar Jiménez
lunes, 16 de septiembre de 2013
Fogonazos
No eres protagonista de una novela larga
con coherencia, nudo y desenlace.
Vives a retales sueltos
que te dejan un impacto súbito
hasta el siguiente fragmento.
Lees un poema
que dura en tu retina
lo que un soplo o un orgasmo.
Después coges el coche,
echas gasolina, maldices
por costumbre al gobierno,
esquivas las tripas dispersas
de un perro en el asfalto,
que duran en tu retina
lo que un soplo o un orgasmo.
Estela Aguilar Jiménez
domingo, 15 de septiembre de 2013
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