lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Por qué?





El viento mueve las cortinas

y en su trasluz bailan

los contornos huidizos de tu cara.

Una melodía en la calle,

desierta como yo,

habla con tu misma cadencia.

La almohada retiene

un perfume que nunca tuvo:

el olor de tu recuerdo.

Yo en la boca aun conservo

el sabor del beso

que no nos dimos.

Un frío negro y viscoso me acecha,

afila sus largas uñas

agazapado en la soledad…

El reloj, inexorable, nos aleja.

¿Por qué no se detuvo

en aquel preciso momento…?

No estoy loco –le digo a mi ego-

solo imagino cosas.



Miguel Fernández de Córdoba


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