sábado, 12 de junio de 2010

[MOROSO, CON SOSIEGO OBISPAL…]







Moroso, con sosiego obispal, chupo;
después, encabritado el coño, jodo,
y sustituye a la saliva el semen,
que muere, como un río, en las nalgas,
desde el caño ardoroso de la picha.
Oficiamos, incólumes, el coito,

porque somos mejores con el coito,
porque nos enaltece: cuando chupo,
sonrío, crezco; cuando doy la picha,
entrego el corazón y el alma; jodo,
y purifico el ser: brillan las nalgas
como planetas blancos; cunde el semen

como aceite lustral; es sol el semen,
lacre sin límites que sella el coito.
Porque amo, extraigo mierda de las nalgas;
porque amo, soy mortal; porque amo, chupo
entrañas y sudor; porque amo, jodo,
y huyo de mí, y me anulo, y soy la picha,

espeleólogo del coño. Picha,
niégate, lícuate, deshazte en semen
jubiloso; escribe, cuando jodo,
tu ira y tu nada; deletrea el coito
con tus esponjas ígneas; di: «Chupo
tu adentro, dicto líquidos, tus nalgas

me amanecen y apuntalan; nalgas
soy, y árbol tuyo, y trozo de ti». Picha,
sé gubia y mundo; sé yo y ella. Chupo:
aparéjate, muge, afila el semen
que ha de nevar, candente, en el coito,
y que lo justifica. Beso, jodo:

no titubees; no anochezcas. Jodo
contigo, y con la piel, y con las nalgas,
y con los ojos: todo afluye al coito,
como un torrente orgánico. La picha
es su estandarte, no su alma; el semen
es su metralla, no su fin. Y chupo,

chupo sin pausa, como un niño: jodo
con la picha, y la muerte, y las nalgas,
y el semen; soy enteramente coito.


[Sextina V de Seis sextinas soeces, 2008]



Eduardo Moga


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