miércoles, 22 de diciembre de 2010

Su íntima humedad evocada




De su íntima humedad tuve la llave
con que al cabo del empeño descifré el secreto
que desde entonces mantengo bien guardado.

No es hablar del clima húmedo pretexto
para develar hoy el desgaste de los años
invertido en humores, flujos, secreciones
y el sudor con que siempre culminaba la tarea.

Aunque su ausencia muerde los flancos de la nostalgia
y tantos recuerdos nos trae la distancia,
la discreción obliga a que su sola humedad evocada
en este memorial del clima lejano
debiera ser la de las lágrimas con que me despidió.


Fernando Ainsa


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