viernes, 9 de septiembre de 2011

EL PASILLO DE MI CASA




El pasillo de mi casa guarda un horizonte encendido
tras la soledad de los cuadros de colores,
sospechosos, perdidos en el rencor de la mirada
de un futuro al que nadie le ha pedido la documentación,
que no será nombrado,
ni grabado en las puntas desgastadas del mantel,
donde mi abuela solía amasar lo poco que quedaba de su cielo.

Todo está lejos de mis ojos, crucifijos en el agua,
jeringuillas vaticinando los próximos naufragios
de soldaditos de plomo,
que se devoran con el óxido en los párpados,
y el aire sustituyendo los recuerdos,
las canciones, el sol inevitable que apesta a luz recién nacida,
los santos de escayola, enfermos de sí mismos,
y todas,
absolutamente todas las tardes de domingo.

El pasillo de mi casa me guarda, sola y desnuda
hasta el último día de mi muerte.






Marian Raméntol Serratosa



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