jueves, 17 de noviembre de 2011

Crecían más las hojas entonces




A veces, llovía como ahora
de una forma callada,
y todo quedaba quieto.
Era una quietud de sueño gastado
un silencio de piernas largas,
un refrescar extraño.
Crecían más las hojas entonces
y cercana a la ventana, la tarde,
abría surcos para morir en la tierra.
A veces, llovía como ahora y después,
las habitaciones eran agua y también los armarios,
y había que dejar en aquellos momentos
que la vida se hiciera cargo
de la voz enmudecida,
del llanto de las ventanas hacia dentro.



Mamen Alegre


1 comentario:

Ly Rubio dijo...

Ese llanto de las ventanas hacia dentro, duele en el alma,... Saludos:)