viernes, 7 de marzo de 2014

Bajo la piel hay alforjas




Bajo la piel hay alforjas

para guardar las noches

lentas, ojeras ocaso

donde se ponen

fulgores y encallan los soles

hasta hacerse crónica

nocturna, pliegue

del desvelo.



Marsupiales

cargan sus penas párvulas:

ese modo

tan humano de llorar

por dentro, de penar

por dentro hasta convertir

en piedra lunar

el llanto.



Dos criaturas de lomo púrpura

abrevan la luz

convaleciente

en nuestros ojos.

[Ojeras]



Laura Giordani




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