viernes, 25 de julio de 2008

El sermón del fuego

EL SERMÓN DEL FUEGO de Thomas S. Eliot

El dosel del río se ha roto: los últimos dedos de las hojas
se aferran y se sumen en la húmeda ribera. El viento
cruza, silenciosamente, la tierra parda. Las ninfas se han
marchado.
Dulce Támesis, discurre plácidamente, hasta que termine
mi canción.
El río no arrastra botellas vacías, papeles de sandwiches,
pañuelos de seda, cajas de cartón, colillas
y otros testimonios de noches de estío. Las ninfas se han marchado.
Y sus amigos, los indolentes herederos de los potentados-
se han marchado sin dejar sus direcciones.
A orillas del Leman me senté a llorar...
Dulce Támesis, discurre plácidamente, hasta que termine mi canción.

2 comentarios:

Gittana dijo...

hERMOSO CAMBIO DE ANIMO...

albalpha dijo...

El río nos acompaña y escucha.

Besos
Alba