jueves, 29 de abril de 2010

Del canto XV de EPÍSTOLA DESDE CIMERIA



¬¬ Ballet:
En la esfera cerrada. Con las banderas caídas, enroscadas como serpientes en torno al asta. Orquestas muertas. Encerrado. Un fluir de ríos estelares. En la esfera de fría luz sobre las rocas, a la conquista del cielo de invierno. Una orquesta muerta contempla las hecatombes en expansión sonora. Cuando el crescendo de los timbales se encierra en un círculo sellado de vibrante incertidumbre. Un bolígrafo, sin tinta casi, que aún duda sobre el folio desarrugado. Pero que ese cuerpo en movimiento quede sobre el papel. Silueta tan nítida como sobre la pantalla del mar vista desde lo alto, a contraluz. Y ahora, de nuevo, la tempestad y la flor letal. Todo está decidido. Se abrirán heridas espantosas. Ninguna rama de olivo será traída desde un cielo de Sturm und Drang. Cielos magullados que no hallan su paz. Blancas cruces de tormento y estupor naufragando en las oleadas compasivas del viento, en el amor violento de las ráfagas deshilachadas de años olvidadizos. Forma inmortal redime la metálica candidez del paisaje. Un bolígrafo sin tinta suspendido sobre la partitura que se quema. Y los pechos de madera y sus lágrimas de hielo. Y el exilio es el retorno.
Telón.



Ángel Sobreviela


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