sábado, 13 de noviembre de 2010

Mechanical wonder





Se va el verano como se va el amor
y todo lo demás se va
y los jóvenes de pieles bronceadas
se funden en abrazos y besos dulces
y se aferran unos a otros
cuando caminan por las calles
y arrastran sus sandalias por el asfalto
aún caliente como sus cuerpos.
Esta es su aportación a la modernidad,
ellas y ellos calzados iguales
los talones desgastados pidiendo guerra,
sus cuerpos bellos encendidos
y no sabría ya a cuál amar más.

Pero no nos engañemos,
enamorarse no es tan fácil
es hacer a alguien único entre el resto
y yo podría encontrar toda la belleza del mundo
en todos sus cuerpos.

Y camino junto a ellos
y viajo con ellos en el tren, en el autobús,
y los miro despreocupados
sin un hogar propio al que volver cada noche
en estado de gracia, sin dinero
o con el dinero justo para ser felices
y no querer más, y tanta belleza
que podría amarles hasta quedar agotado.

Llenan las plazas, los paseos
y los bares y hay mujeres jóvenes
que beben coca-cola y marcan los vasos
con sus labios carmín
como marcan a los hombres jóvenes afortunados.
Y yo me deslizo de un lugar a otro
viendo todo esa alegría
ese gran contenedor de belleza
en el que vais a convertir el mundo,
todo gracias a esa mecánica maravillosa del amor
que nos enloquece.




Ignacio Escuín


1 comentario:

Marisa dijo...

Todo se vuelve vano, sin sentido...
Sus fuertes risas agolpan el ambiente, llenandolo de superficialidad..

Excelente texto