domingo, 23 de diciembre de 2012

De esto te dije




Te hablé de mares, y costas, y me abriste los aires
de una orilla nueva, indómita por conquistar
sin pagar peaje.

Porque es triste palpar la costa del sopor
si no es tu espalda la que puedo arañar;

porque es inútil el ascenso, si no es a dos bandas;

porque quiero acompañar tu pérdida en el goce,
y practicar contigo esos juegos de la noche
que libertan crisálidas, y me dejan empalada
como cruz sostenida en el vértigo, en la hélice, en la nada...



Almudena de la Fuente




 

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