viernes, 12 de abril de 2013

BALADA DE LA LUNA RECOSTADA





Siempre vuela una luna entre las manos.

Una luna de toros con espuelas.

Una luna volteando las crines

bajo labios bordados de veletas.

En su canto de luces gregorianas

se diluyen perfiles y batallas.

Tiene sabor a fauce azulecido,

y limpia faz de nubes fatigadas.

Por sus olas se pasea la hipnosis

horadando la sangre en caracolas.

Las miradas son versos de infinito.

Cada beso el suspiro de las rosas.

Siempre vuela una luna entre las manos.

Una luna de barcos y caballos.



 Luis Ángel Marín Ibañez





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