miércoles, 20 de octubre de 2010

EL HOMBRE QUE FUI



El hombre rebelde que fui
se aletarga entre las sombras
de las edades cumplidas,
de las historias pasadas,
del silencio de mentir,
de las mentiras del tiempo,
de las arrugas del miedo
de la rutina de vivir.

El hombre valiente que fui
se disipa entre las sábanas
de los sueños sin memoria,
de las cenizas apagadas,
del querer llegar al fin,
de las ruinas del sexo
de las huidas sin retos
del olvido que hay en mi

El hombre sin dueño que fui
se arrincona en las esquinas
del dinero en la cartera,
del hambre en las miradas,
de las ganas de sentir,
del sabor de tantos besos,
del aroma del deseo,
de las caricias sin ti

El hombre sencillo que fui
se refugia en las sonrisas
de los labios de verdad,
de las batallas ganadas,
de tu silueta de perfil,
de la muerte entre tus brazos,
de la vida entre tus pechos,
de tenerte junto a mí.




Francisco Picón


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