Sonia R. Fides
YO AMÉ A UN MUCHACHO COMUNISTA
Si amas sin despertar amor,
(...) tu amor es impotente,
una desgracia.
Karl Marx
No tengo pocos años, pero tampoco demasiados.
La edad perfecta, dice el recuerdo,
para empezar a escribir frases subordinadas.
Yo amé a un muchacho comunista
en aquellos años en que Marcelo Mastroianni huía a Rusia
y La Mangano ocultaba el dolor
entre el guipur de una estilosa camisa blanca.
Entonces era el tiempo de las reinas del baile.
Todas querían ser guapas y enseñar en los recreos
el botín de guerra de las tardes de discoteca.
Yo, en cambio, quería al héroe.
Ese chico de ojos horizontales y profundos
que hacía cola para ver películas subtituladas
en cines que nunca olerían a palomitas,
mientras hablaba de huelgas de estudiantes.
¿Cuántos minutos habrán pasado desde aquel "llámame luego"
en clase de filosofía?
Quizás logre descubrirlo si le saco brillo
a la fecha de caducidad de los espejos
o a un teléfono limpio de nicotina
que me habla de ese chico miope
que le entregó la voz a muchas noches de vodka
y cigarrillos rubios.
Lo anuncia como un poeta y me pregunta
por qué sigo sin fumar.
Podría haber pensado una respuesta fácil,
pero la conjugación del recuerdo es una ecuación de segundo grado
y yo siempre fui de letras para las cosas del amor.
sábado, 11 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Bello poema.
Ciertos recuerdos son luz en las manos diestras de quienes supieron conservarlos.
Un abrazo
Según dice Sonia es el único poema que habla de si misma..pero yo no me lo creo..abrazos
Muy bello poema, me encantó! A veces necesito algo para despertar mi alma, como ver peliculas románticas o leer poesía bonita.
Publicar un comentario