viernes, 9 de mayo de 2014

Invierno sólo en las calles



El invierno se ha instalado

en las movedizas aceras

de la ciudad desierta.


Huyen con premura

del gélido escenario

los etéreos personajes.


Desaconseja el hombre del tiempo

desplazamientos más allá de lo preciso,

que nadie salga a la calle.


Leo con detenimiento

las isobaras marcadas

en las líneas de tu mano.


Un frente cálido de caricias

asociadas a tus manos,

elevan el mercurio que en mi habita.


La borrasca se aproxima,

chocan nuestros cuerpos

como masas de nubes bajas.


Rayos y truenos nos envuelven

desatando impúdicamente

una lluvia presentida.


La niebla densa amarillenta

se disipa bajo el sol de tus ojos

que auguran una tarde diferente.


Haré caso al hombre del tiempo,

hoy no saldré de tu cuerpo

anticiclón seguro de mis días.



Rafael Mérida


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