domingo, 18 de mayo de 2014

MI SOLEDAD




I

Sabes, que en los días de lluvia,

mi corazón no tiene color;

abatido, ahora por la ausencia,

incoloro, melancólico y anhelante,
te reclama ansioso.


II
Siempre supiste de mi soledad
en años pasados, aunque ahora yo

te regalaría la vida.



María Ángeles Ibernón

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