viernes, 16 de mayo de 2014

LA SOLEDAD DEL CUERPO



Asciende el poema

y desciende el ángulo de tu vida
con solidez dudosa,
con un tono afilado en gris,
temes pisar sin mirar
buscas refugio en la noche
que abraza los sueños,
que bate torturas,
que se hacen esperar;
ojos helados,
boca que ya no es un todo,
oídos que se evaden
de la soledad
flotando en el espacio vacío.

Cuando el cuerpo me deja sola.



María Ángeles Ibernón


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